Mark 5:22-27

22Llegó entonces uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo. Al ver a Jesús, se arrojó a sus pies, 23suplicándole con insistencia:

―Mi hijita se está muriendo. Ven y pon tus manos sobre ella para que sane y viva.

24Jesús se fue con él, y lo seguía una gran multitud, que lo apretujaba. 25Había entre la gente una mujer que hacía doce años que padecía de hemorragias. 26Había sufrido mucho a manos de varios médicos, y se había gastado todo lo que tenía sin que le hubiera servido de nada, pues, en vez de mejorar, iba de mal en peor. 27Cuando oyó hablar de Jesús, se le acercó por detrás entre la gente y tocó su manto.
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